El 18 de octubre de 1942, la Real Sociedad de Eduardo Chillida y Sebastián Ontoria jugó en mi barrio, dónde me crié, en Delicias con motivo de la disputa de la 4ª jornada de Segunda División de la temporada 1942/43. Y es que junto a la estación de Delicias existió, entre 1921 y 1947, un campo de deportes denominado “Las Delicias”, con capacidad para 8.000 espectadores. El recinto deportivo gozó de gran popularidad en el barrio y en todo Madrid por los numerosos eventos deportivos que en él se desarrollaban, siendo los principales los partidos de fútbol disputados por “la Ferro”, nombre popular de la Agrupación Deportiva Ferroviaria, el equipo local, fundado en 1918. Pero también tuvieron lugar en este recinto combates de boxeo y lucha libre, muy apreciados por el público de posguerra, que se organizaban, sobre todo, en las tardes de verano.
A finales de la década de los 40 el equipo de la Ferroviaria comienza a desinflarse, coincidiendo con el cambio de terreno de juego. Hasta entonces, la Ferro, como se le conocía coloquialmente, entrenaba y jugaba en las instalaciones del Paseo de las Delicias, ubicadas en el actual edificio del número 63. Renfe tuvo que hacer uso de esa parcela para alojar a los ferroviarios que vinieron a trabajar a Madrid desde las provincias, y el equipo se vio en la obligación de mudarse al Campo del Gas. Recientemente se ha colocado una placa para recordar ese mítico campo. La realidad objetiva es que durante las temporadas de la posguerra, la Ferro fue pese a su modestia, tanto de estructura como en cuanto a capacidad de su plantilla, el tercer equipo más importante de Madrid.
Así se contó la previa:
La Real Sociedad de San Sebastián, equipo de rancia solera y de brillante historia, será el enemigo de los ferroviarios en partido de Liga que se jugará también en la tarde del domingo.
Duro encuentro para los ferroviarios. La Real ha demostrado en los partidos que lleva jugados esta temporada, que es uno de los más potentes equipos de Segunda División, y que no en vano aspira al ascenso a la categoría que ocupaba la pasada temporada.
Plato fuerte que, desgraciadamente, tendrá su desarrollo en la tarde del domingo, con lo que los aficionados tendrán que optar por dejar de asistir a uno de los buenos partidos que se jugarán en Madrid, y en los que vizcaínos y guipuzcoanos lucirán todo su juego y sus magníficas condiciones, que les hacen ocupar el puesto privilegiado en que se encuentran en sus respectivos grupos.
EL EQUIPO DE LA REAL
Esta noche sale para Madrid el equipo de la Real Sociedad, que jugará el domingo contra la Ferroviaria. Van Chillida, Tellería, Izaga, Santi, Patri, Urbieta, Pérez, Bidegain, Unamuno, Ontoria, Pedrin, Suplente, Garbizu.
Una típica alineación de la Real Sociedad en la temporada 42/43 con Eduardo Chillida
La Real Sociedad se impuso de forma aplastante, como indicaron los titulares de prensa con un abultado 0-8. La Real Sociedad, entrenada por Benito Díaz, jugó con Chillida, Tellería, Izaga, Santi, Patri, Urbieta, Pérez, Bidegain, Unamuno, Ontoria y Pedrín.
Y la crónica del partido en la prensa madrileña se contó así:
Le bastó poco tiempo al equipo donostiarra para imponerse por completo a sus contrarios. Un primer cuarto de hora en que su juego norteño de largos desplazamientos a los extremos y lleno de coraje se salía del pequeño campo. Después del primer gol, logrado a los quince minutos por Bidegain, todo fue a pedir de boca. Seguidamente el mismo jugador conseguía el segundo y Unamuno, Ontoria y otra vez Bidegain, aumentaron el marcador antes del descanso. La continuación fue nuevamente de iniciativa de los visitantes, y Unamuno, Pedrín y Ontoria ampliaron la goleada. En la Real todos bien, especialmente Patri, Bidegain y el extremo Pérez II, promesa de gran jugador. Excelente conjunto decidido nuevamente a conseguir el ascenso a Primera División. Del equipo local únicamente la línea media dio muestras de clase con algunos momentos del partido, sobresaliendo el centro, Pablito, ante enemigos de fuerte talla y gran calidad. Deplorable actuación de la defensa y delantera, en la que solo el veterano Peña, inquietó algo a Chillida. Arbitro sin dificultad el señor Rodríguez.